23 de Marzo Día del Mar "¿Rendirme yo ?... ¡Qué se rinda su abuela, carajo!"
Oriundo de San Pedro de Atacama, era hijo de Juan Abaroa y Benita Hidalgo. Se casó con Irene Rivero y tuvo cinco hijos. Abaroa era un contador y empresario que trabaja en una mina de plata localizada en la región costera que Bolivia perdería como consecuencia del fin de la guerra.
Batalla de Calama o del Topáter
Don Eduardo Abaroa Hidalgo fue el primero de los civiles en ofrecerse como voluntario a don Ladislao Cabrera. Se convirtió en su brazo derecho para los preparativos de la defensa. Cuando todo estuvo listo, Cabrera le aconsejo que volviese al lado de su familia. El le contesto: “Soy boliviano, esto es Bolivia y aquí me quedo”. (nota: Según otros documentos, la respuesta de Abaroa habría tenido lugar en el Consulado de Francia en Antofagasta entre Eduardo Abaroa, quien dirigía la resistencia civil, y el coronel Villagran, a cargo de la ocupación Chilena).
Durante la Batalla de Topáter (23 de marzo de 1879), el primer choque armado de la guerra, el Coronel Abaroa era parte de una fuerza boliviana excedida en número, cuya misión era defender un puente que cruza sobre el río Loa y vía de acceso a la ciudad de Calama.
Se lanzo a la lucha con inquebrantable decisión. No le bastó quedarse en una de las trincheras del Topáter. Cruzó el rió encabezando al mayor Patiño, el oficial Burgos y los 8 rifleros. Patiño, Burgos y los soldados cayeron prisioneros. El permaneció en una zanja armado del Winchester que llevaba desde principio y de otros dos recogidos de compañeros caídos a su lado. El peón que vino con él desde San Pedro de Atacama le ayudaba a cargarlos.
El subteniente chileno Carlos Souper narro en una carta que se publicó en un diario de Valparaíso: "Cuando el enemigo desamparo bien las trincheras fuimos avanzando, saltando fosos y cercas, llegando a un cerco chico, donde había muchos matorrales y un fosito de 10 varas de largo, con un puentecito de menos de una vara de ancho por donde había que pasar.
Nos sorprendió constatar que un boliviano desde dentro hiciera fuego a más de 100 hombres, entre caballería y el 2º de línea, que iban a pasar por allí. Pues amigos, nos dio balas duro y fue imposible pillarlo por mucho que se lo buscaba".
El Coronel Villagrán, a cargo del destacamento Chileno y con quien Abaroa se había entrevistado el día anterior considero la acción de Abaroa como temeraria pero patriótica por lo cual al principio dio órdenes de no disparar, sin embargo, luego de pasadas las horas y con soldados chilenos heridos conmino a la rendición a Abaroa. El Coronel Villagrán no podía esperar más, y lanzó un grito a su oponente:
* "¡Ríndase!"
El conminante grito resonó en el Paso Topater, y la respuesta, plena de orgullo y llena de la sin razón de los hombres que combaten, tronó en el aire:
* "¿Rendirme yo ?... ¡Qué se rinda su abuela, carajo!"
Y en ese grito, con esa respuesta, el ciudadano Abaroa pasaba a la historia.
El Coronel Villagrán no pudo esperar más ya que Eduardo Abaroa causaba muchas bajas al ejército chileno y fue muy difícil dar con el entre las trincheras, el coronel Villagrán ordenó el disparo de los fusiles, lo impactaron 3 disparos por lo cual quedó tendido y mientras intentaba seguir disparando murió en el asombro de aquellos soldados chilenos que lo vieron como una gran amenaza.
Terminada la batalla, el cuerpo de Abaroa fue enterrado con honores por el Ejército chileno, el día 23 de marzo en el cementerio de Calama. Su entierro fue hecho con honores de héroe efectuándose veintiún disparos en su honor y siendo envuelto en la bandera Chilena a falta de una bandera boliviana para este póstume homenaje.
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