Las últimas palabras

Las últimas palabras

Y sin aliento y sin fuerzas 
hoy sigues respirando
y aunque la vida te maltrate
yo te estaré ayudando.

Y mi papá,
el de siempre
hoy ya no tiene respuestas
y quedándose en silencio,
me mira presintiendo
que algún día y muy pronto
ya no estará fingiendo,
y su corazón bien despacito
estará gritando en silencio
que no lo dejemos ir
como una paloma al viento.

Y te daría mi vida,
y te daría mi alma,
y mi sangre, que es la tuya,
por tus venas viajaría,
y sin descanso y sin sueño 
yo te estaría buscando
para darte mi corazón,
que aunque herido,
seguiría latiendo.

Y cuando estés en las nubes
ojalá que seas viejo,
para que pueda asimilar
todo este gran sufrimiento;
y buscaría una estrella,
y miraría hacia el cielo,
escuchando tus palabras,
sintiendo tus caricias en el viento.

Y vos papá no me digas
que no llore en el invierno
cuando las tardes grises
me traigan tu recuerdo,
porque no habrá veranos,
otoños, primaveras ni inviernos
en los que no te recuerde
como un regalo del cielo.

Y cuando subas tan alto,
mírame desde lejos,
que yo estaré gritando:
"llévame viejito al viento",
que yo no puedo vivir
teniéndote tan lejos.

Y cuando los ángeles te abracen,
sentiré en tu pecho,
que es mi alma que te abraza 
como un capullo de sueños.

No quiero que te detengas
viejito, querido viejo,
grítale a Dios que te deje
abrazarme mucho tiempo,
no pierdas la calma,
la esperanza y los sueños,
porque te voy a regalar la vida
aunque de a poquito
te estés durmiendo.