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“¡Todos Con Evo!” El Voto Boliviano En Buenos Aires


Brenda Canelo Doctora en Ciencias Antropológicas (FFyL, UBA) Becaria CONICET (ICA, FFyL, UBA)
brendacanelo@yahoo.com.ar

Carla Gallinati Magíster en Antropología Social (UFRGS, BR); Doctoranda en Ciencias Sociales (FCS, UBA); Becaria CONICET (IIGG, FCS, UBA)
carlagallinati@hotmail.com

Natalia Gavazzo Magíster en Estudios Latinoamericanos, (ISA, UK); Doctoranda en Ciencias Antropológicas (FFyL, UBA); Becaria CONICET (IDAES, UNSAM)
navegazzo@yahoo.com

Lucía Groisman Profesora de Enseñanza Media y Superior en Antropología y doctoranda
en Ciencias Antropológicas (FFyL, UBA) luciaveragroisman@yahoo.com.ar

Lucila Nejamkis Magíster en Acción Política, fortalecimiento institucional y participación ciudadana (URJ, Madrid); Doctora en Ciencias Sociales (FCS, UBA);
Becaria CONICET (IIGG, FCS, UBA)
luchi_nejamkis@hotmail.com
Al describir la jornada electoral del 6 diciembre de 2009, los medios de comunicación argentinos insistieron en que “miles de bolivianos fueron a sufragar con una consigna común: ¡Todos con Evo!” Esta expresión de uni- dad se verificó en el 92% de apoyo que consiguió el presidente Morales en la Ciudad de Buenos Aires. Teniendo en cuenta procesos que incidieron en este resultado, el presente capítulo propone analizar esa jornada extraordinaria y abrir la discusión sobre el transnacionalismo y la movilización política de los migrantes bolivianos en Argentina. Para ello examinamos, a la luz de nuestras investigaciones personales, el material que recopilamos en los dos centros que reunieron la mayor cantidad de votantes: los clubes Deportivo Español y San Lorenzo de Almagro, ambos ubicados en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Produjimos dicho material recurriendo a la observación participante, 110 encuestas, una entrevista a representantes de una organi- zación boliviana, archivo fotográfico y fuentes periodísticas.

l presente capítulo comienza con una reconstrucción histórica de la migración boliviana en argentina que hace hincapié en  el funcionamiento de las redes sociales, en vistas a situar la
jornada electoral de 2009 en un proceso de participación política de largo plazo. como veremos más adelante, dicho proceso incluyó la realización del denominado “voto simbólico”, uno de los principa- les antecedentes para el reconocimiento del derecho al voto de los bolivianos residentes en el exterior. a continuación, presentamos las características que asumieron los preparativos de la jornada electo- ral en argentina, puntualmente el empadronamiento biométrico y  la campaña electoral. Posteriormente, describimos los aspectos más significativos del sufragio en las dos sedes donde efectuamos nues- tro trabajo de campo. Y, finalmente, analizamos los datos relativos  a la participación política de los bolivianos en argentina resultantes de nuestras observaciones y del procesamiento de las 110 encuestas efectuadas durante la jornada electoral, lo cual nos permitió plantear algunas inquietudes acerca del transnacionalismo y la participación política de los bolivianos residentes en argentina.

La migración de Bolivia hacia Argentina: el papel de las redes
según las últimas cifras oficiales existentes, actualmente residen en argentina 345.272 bolivianos, quienes conforman la segunda colec- tividad extranjera más numerosa, después de la paraguaya (indEc, 2010). vale destacar que, si bien los contingentes de países limítro- fes y los peruanos representan actualmente el 77,6% del total de extranjeros residentes en argentina, históricamente nunca superaron el 3,5% sobre el total de población nativa (indEc, 2010).

las conexiones existentes entre las regiones que abarcan el actual territo- rio del Estado Plurinacional de bolivia y argentina se remontan a tiempos preincaicos, cuando pobladores aymaras del altiplano y de los valles se des- plazaban hacia colonias ubicadas en lo que hoy es Perú, el norte de chile y el noroeste de argentina, esquema que continuó bajo la dominación incaica. Tras la conquista española, bolivia, Perú y el noroeste argentino conformaron una zona de fuertes lazos económicos, políticos y sociales en torno a la actividad minera de Potosí. la región siguió conectada tras el apogeo del virreinato del Perú, a pesar de la transformación geopolítica que significó la creación del virreinato del río de la Plata con su centro polí- tico-económico en el puerto de buenos aires, e incluso tras los procesos independentistas del siglo XiX.

Entre 1890 y 1930 las economías regionales del noroeste argenti- no comenzaron a recibir trabajadores bolivianos para responder a la demanda estacional de mano de obra masculina en las plantaciones de caña de azúcar, algodón y tabaco. a partir de la década de 1930  y hasta los años sesenta, con el auge y expansión de estas economías regionales y con una incipiente industrialización, la migración de bolivia a argentina se incrementó y la estadía comenzó a volverse más pro- longada. Ya en esta etapa las redes sociales facilitaban información y recursos para migrar, viabilizaban la obtención de trabajo y vivienda, y permitían resolver diferentes necesidades cotidianas en el lugar de destino (benencia, 2006). simultáneamente surgieron las primeras
 
organizaciones de residentes bolivianos, fundadas por quienes habían participado en la Guerra del chaco (1932-1935) (Pereyra, 2001).

a partir de la década de 1960, la caída en los precios de los productos regionales y la mecanización agrícola, así como la consolidación del mode- lo de sustitución de importaciones en la industria ocurridos en argentina1, contribuyeron a que la migración limítrofe virara de las provincias fron- terizas hacia las grandes ciudades, principalmente al Área metropolitana de buenos aires2. El viraje en el destino migratorio fue muy acentuado en el caso de los migrantes bolivianos, cuya concentración en el Área metropolitana pasó del 12% en 1960 al 55% en 2010 (indEc, 2010).

En lo que se refiere específicamente a la ciudad de buenos aires, las dictaduras militares, especialmente la de 1976-1983, implementaron diferentes medidas tendientes a “erradicar” las villas de emergencia, lo que incluyó intentos de repatriación de los extranjeros allí residentes. Frente a estos procesos de exclusión, los lazos entre los bolivianos ayu- daron a generar un alto nivel de solidaridad y a conformar cuantiosas organizaciones sociales (Pereyra, 2001; benencia, 2004; Gavazzo 2008). En las décadas de 1960 y 1970, podían diferenciarse dos tipos de orga- nizaciones: las que estaban relacionadas con los movimientos “villeros” y otras que se autorreconocían como “culturales” (Pereyra, 2001). las primeras jugaron un importante papel en la resistencia a los procesos de erradicación de villas y, si bien no siempre lograron su cometido, su estructura y funcionamiento sirvieron de ejemplo para luchas posterio- res3. Por su parte, las organizaciones culturales4 comenzaron a crecer ante la represión del movimiento villero (ratier, 1972; blaustein, 2006).
 
a partir del retorno de la democracia en 1983, las organizaciones y medios de comunicación bolivianos se fortalecieron, al tiempo que comenzaron a formalizarse ferias comerciales y torneos de fútbol. En este sentido, “aunque la cuestión migratoria no era un tema prioritario en la agenda de la transición (democrática), el énfasis en los derechos humanos y en los mecanismos de expresión directa de demandas ciuda- danas abría puertas alternativas para que el tema llegara a los espacios estatales” (jelin, 2006: 59). de ese modo, con el retorno de la demo- cracia y junto con otros sectores de la sociedad civil, la colectividad boliviana residente en argentina comenzó a organizarse en la búsqueda del reconocimiento social de su existencia y de sus derechos. más aún, la legislación específica sobre ciudadanía y naturalización recuperó su vigencia en el año 1984, habiendo sido interrumpida durante el último gobierno de facto. Tal restitución normativa acompañaría la preocu- pación general del Estado democrático y la incipiente búsqueda de visibilidad y afirmación de la colectividad boliviana, reflejando un avance en el acceso a la ciudadanía en términos formales5.

El período en el cual fueron creadas la mayor parte de las actuales organi- zaciones se sitúa después de la década de 1980, con un pico a mediados de los años noventa, en coincidencia con el incremento del flujo migratorio desde bolivia6. Este incremento se vincula en gran medida con la facilidad que tenían los migrantes para acceder a ciertas opciones laborales (aún en un momento de normativa migratoria adversa)7 y, muy especialmente, con la convertibilidad entre el dólar estadounidense y el peso argentino entre 1991 y 2001, que permitió incrementar el beneficio de la migración mediante el ahorro, la inversión productiva o el envío de remesas.
 
mientras el modelo económico vigente en los años noventa atraía a grandes contingentes de migrantes limítrofes, comenzaron a prolife- rar discursos xenófobos que los responsabilizaban por las crecientes tasas de desempleo y delincuencia. Efectivamente, la “extranjeri- zación  de  los  excluidos”  (Grimson,  2006)  operada  en  argentina  en las últimas décadas llevó a la progresiva identificación oficial de los pobres  en  tanto  “bolivianos”,  independientemente  de  su  origen nacional real. Frente a este escenario, y confirmando la hipótesis de que el discurso neoliberal visibilizó a los migrantes limítrofes en términos de identificación étnica (Grimson, 2003), estos tendieron a una “creciente identificación étnico-nacional que incluyó diver- sos dispositivos institucionales: desde fiestas, ferias y ligas de fútbol hasta organizaciones civiles y federaciones que luchan por derechos” (Grimson, 2006: 87).

la  creciente  visibilización  de  los  bolivianos  en  la  arena  pública  se vincula con este hecho, así como con el carácter colectivo y multitudi- nario de sus expresiones culturales y con su concentración en ciertas áreas del país (provincias de jujuy, salta, mendoza, Tierra del Fuego) y, especialmente del Área metropolitana de buenos aires (suroeste de  la  ciudad  y  partidos  del  conurbano  como  la  matanza,  Florencio varela,  la  Plata,  Escobar,  moreno,  merlo  o  lomas  de  zamora).  la concentración en estas zonas responde a la presencia de redes de parentesco, paisanaje y vecindad que facilitan el acceso al trabajo y a la vivienda, así como a la mayor disponibilidad de soluciones habi- tacionales  económicas  (y  precarias)  como  pensiones,  hoteles,  “casas tomadas” y villas de emergencia.

En el año 2001 en argentina se produjo una crisis social, económica y política de envergadura que, si bien no hizo que los migrantes limítrofes y peruanos retornasen a sus países, sí frenó la llegada de nuevos contin- gentes por algún tiempo (cerrutti y maguid, 2007)8. Tras este impasse, y aun habiendo finalizado en 2001 la relación de paridad entre el peso argentino y el dólar norteamericano, argentina continuó siendo un destino buscado por muchos bolivianos, ya que el acceso al mercado de trabajo local siguió resultándoles relativamente rápido y fácil. no obstante, las opciones laborales disponibles para ellos se han caracteri- zado por la inestabilidad, precariedad y en ocasiones explotación. Esto se debió en gran parte a las trabas legales existentes para documen- tarse en argentina hasta la implementación del Plan Patria Grande en 20069. Pese a esto, en los últimos años, una característica destacada de la migración boliviana respecto a otras limítrofes y a la peruana es su acceso a una mayor variedad de opciones laborales10 y la capitalización lograda en horticultura y confección de indumentaria. nuevamente las redes sociales constituyen un factor explicativo de este aspecto distin- tivo de la migración boliviana, ya que facilitan el acceso al trabajo y a préstamos comunitarios.

la crisis de 2001 también repercutió en las organizaciones de migran- tes bolivianos, quienes entonces asumieron un rol activo asistiendo a aquellos “compatriotas” que precisaban ayuda en diversos frentes. así, algunas de ellas comenzaron a canalizar los planes sociales para luchar contra la pobreza, como el Plan Trabajar o el Plan jefas y jefes de Hogar desocupados. no obstante, según Grimson (2009), las organizaciones
 
que se identificaban como “de inmigrantes” no fueron reconocidas por el Estado como distribuidoras legítimas de tales beneficios.

La lucha de las organizaciones y el “voto simbólico”
los  líderes  de  muchas  de  las  organizaciones  bolivianas  existentes  en argentina mantienen actualmente un debate de envergadura respecto al grado de politicidad de las mismas (Gavazzo, 2008). ciertas instituciones intentan diferenciarse de otras en tanto “no políticas”, en el sentido de que no están vinculadas a partidos políticos o a candidatos de argentina11. así, algunas se caracterizan en torno a “lo cultural” como opuesto a “lo político”, que es percibido como “corrupto” o incluso “inmoral”. Este debate en torno al grado de politicidad de las organizaciones de boli- vianos en argentina puede ser referido a un proceso más amplio de “despolitización” de la sociedad argentina, registrado hasta hace poco tiempo, que derivó del desencanto y de la falta de confianza en las formas tradicionales de participación política, como los sindicatos y los partidos.

Pese a este escenario, desde hace más de diez años varias organizaciones y líderes bolivianos comenzaron a realizar campañas para lograr que el Estado boliviano concediera el derecho a votar a aquellos ciudadanos boli- vianos que residían en argentina, explicitando la emergencia de establecer formas de participación “políticas” (Grimson, 2003).
 
la paradoja entre la aparente despolitización ocurrida en argentina y las actividades realizadas por algunas organizaciones bolivianas en pos del derecho al voto desde este país puede comenzar a comprenderse conside- rando que en los últimos años en la región latinoamericana se registra una “ciudadanización de la política migratoria” (domenech y magliano, 2009). El concepto da cuenta de la relación entre dos procesos sugerentes: “(…) por un lado, la creciente intervención de movimientos y organizaciones de la sociedad civil en la determinación de los asuntos migratorios y, por el otro, el reconocimiento o extensión de derechos civiles, sociales, económicos, políticos y culturales a los migrantes, tanto a los emigrantes como a los inmigrantes” (domenech y magliano, 2009: 245). En otras palabras, al mismo tiempo en que las organizaciones migrantes presionan a los Estados de origen y/o destino por el reconocimiento de sus dere- chos, estos abren el juego a la participación de organizaciones civiles de distinto tipo (domenech y magliano, 2009; domenech e Hinojosa, 2009; domingues, 2009). En ello habría incidido la significativa contribución a la economía boliviana efectuada por los ciudadanos residentes en el exterior a través del envío de remesas, impulsando al Estado boliviano a repensar los mecanismos para incluirlos en la comunidad política nacional. En este sentido, el voto desde el exterior puede ser considerado un espacio gana- do “por convicción” a la vez que “cedido por conveniencia” (domenech y magliano, 2009).

En este marco, durante 2008, mientras en bolivia se discutía el proyecto de ley 443/008 referido al voto de sus ciudadanos en el exterior, miem- bros de la colectividad de bolivianos residentes en argentina expresaban fuertemente su apoyo al mismo efectuando una manifestación en Plaza de mayo, una huelga de hambre y presentando un petitorio al gobier- no boliviano.

Pero la manifestación más significativa que se efectuó en argentina respaldando el proyecto de ley que se discutía en bolivia fue la jornada popularmente conocida como “voto simbólico”. Esta tuvo lugar el 10 de agosto de 2008 cuando, a pesar de que la ley del voto boliviano desde el extranjero aún no había sido sancionada por la cámara de senadores, los residentes en argentina “ejercieron su derecho ciuda- dano de votar”. El acontecimiento fue organizado por el comité de defensa del Proceso de cambio y soberanía originaria y Popular en bolivia (en adelante comité) y contó con el apoyo de varias agrupacio- nes argentinas como la central de Trabajadores de la argentina (cTa), barrios de Pie, movimiento octubres y la organización bolívar, entre otras. la jornada de “voto simbólico” funcionó como un guiño positivo hacia el gobierno de Evo morales, poniendo al descubierto el potencial de movilización de la colectividad y sus deseos de contribuir desde lejos con el proceso de cambio que ocurría en bolivia15.

Para los integrantes del comité, un antecedente de esta acción colecti- va fueron las manifestaciones organizadas en argentina en apoyo a las movilizaciones populares abiertas en bolivia en el año 2000, en lo que se llamó la Guerra del agua (enero 2000) y la Guerra del Gas (octubre 2003)16. En sus propias palabras: “lo que a mí me parece que hay que resaltar es que, más allá de que la idea sale de un grupo organizado, la idea surge dentro de un marco dentro de la colectividad boliviana que venía protagonizando, marchando dentro de la ciudad de buenos aires, más o menos desde el año 2003. (…) En 2003 hubo una movilización por la situación de bolivia, que vivía casi una guerra civil, acá hubo una movilización de casi quince mil personas. Esto es un dato importan- te porque comunidades extranjeras se movilizan frecuentemente en función de los intereses del país donde viven. En este caso no: los boli- vianos se movilizaban en función de lo que pasaba en bolivia, que es el tema de la Guerra del Gas y la Guerra del agua. Evo morales lo que hace es potenciar más la movilización y las ideas que nosotros veníamos buscando hace muchos años.”

En relación al voto simbólico, afirmaban: “Esto fue espontáneo, noso- tros lo único que pusimos fue la organización y la idea. decir que tal día va a haber una votación y en tal lugar va a haber urnas (…). la idea de la votación no oficial surge porque el 10 de agosto había una elección revocatoria y nosotros aprovechamos ese día. (…) se mezclaron varias cosas, la votación revocatoria en bolivia, las ganas de querer participar y votar que lo impedía el congreso, porque no había una ley que habilitara esa votación. se juntaron todas esas cosas, ese clima de la gente (…).”

la principal motivación del acto simbólico promovido por el comité fue apoyar a Evo morales y “apoyar el proceso de cambio que se vive en bolivia”.

Tales afirmaciones se encuentran en sintonía con los resultados obtenidos a partir de las encuestas realizadas en buenos aires el día de la jornada electoral de 2009. En esta última ocasión, un 40,5% de los electores consultados manifestaron como principal razón de su participación en las elecciones presidenciales, el deseo de “apoyar el proceso de cambio que se vive en bolivia, seguido lejanamente por el 14% que expresó haber participado porque “soy ciudadano boliviano y es mi derecho”.
 
Para los integrantes del comité uno de los aspectos significativos de tal proceso de cambio eran los actores sociales que lo respalda- ban: “el sujeto de cambio no es la clase obrera, ni la intelectual, ni las fuerzas armadas, sino que es el sector más oprimido que viene sufriendo hace más de 500 años y son los originarios. El poder de Evo morales está en los movimientos sociales. no está en las fuerzas armadas ni en clases obreras. Está en los campesinos”. Entendemos que el comité, junto con otras organizaciones que han luchado por el reconocimiento del derecho al voto de los ciudadanos en el exterior, puede considerarse parte de los movimientos sociales que respaldan el poder del gobierno en bolivia. al mismo tiempo, propo- nemos que la pugna por el reconocimiento de derechos políticos a los bolivianos residentes en el exterior constituye una herramienta en la lucha por su inclusión dentro de la “comunidad imaginada” de la nación de origen. una lucha por la ampliación de derechos y del sen- tido de pertenencia a la comunidad afectiva, incorporándolos como actores de la historia17. respecto a eso, observamos la sugerente afir- mación de los integrantes del comité sobre la naturaleza del proceso de cambio: “El cambio real que se está dando en bolivia no tiene que ver con las medidas de Estado. Todavía no se le sacó un metro de tierra a ningún terrateniente ni se echó a las empresas extranjeras. (…) la estrategia de este proceso de cambio es que él ha hecho más simbolismo que medidas concretas. El simbolismo es el que está atra- pando a la gente”.

coincidimos en que el apoyo al proceso de cambio por parte de los electores bolivianos residentes en buenos aires tuvo un importante componente simbólico, lo cual se expresa en que para el 80,7% de los encuestados la imagen de bolivia en argentina mejoró. a su vez, un alto porcentaje de encuestados también identifica avances en términos de seguridad (85,3%), economía (88,9%) y, en términos generales, el 91,4% piensa que a partir del mandato de Evo las cosas “van por el buen camino”.

Los preparativos: el empadronamiento biométrico y la campaña electoral
 
la  ley  Electoral  Transitoria  nº  4021  de  abril  de  2009  permite  hasta un 6% de votantes desde el extranjero, lo que en las elecciones presidenciales de ese año significó un total de 210.000 emigrados habilitados para participar. Para ello debieron efectuar un trámite previo llamado “empadronamiento biométrico”, que permitió regis- trar a cada votante a través de su foto, su huella dactilar y firma, con el propósito de asegurar su identidad. argentina, donde reside la mayor cantidad de bolivianos en el exterior, fue habilitada para inscri- bir una parte igualmente significativa de electores. Tras una compleja campaña, 89.953 ciudadanos (el 53.19% del padrón en el exterior) lograron empadronarse entre el 15 de septiembre y el 15 de octubre, en siete centros dispuestos por la corte nacional Electoral (cnE) en buenos  aires,  cuatro  en  mendoza  y  cuatro  en  jujuy.  los  requisitos para registrarse fueron presentar cédula de identidad o pasaporte al día, independientemente de la situación migratoria registrada en argentina.

según las personas encuestadas durante la jornada electoral, la información sobre los requisitos, plazos, lugares y horarios para empadronarse registró dificultades. El 77,3% de los encuestados manifestó haberse informado a través de periódicos y radios de la comunidad boliviana, muchos de los cuales señalaban que la cnE les brindó tardíamente la información a difundir. la siguiente vía de información acerca del empadronamiento identificada por los encues- tados fueron familiares y amigos en argentina (6,7%) y en bolivia (5,0%), mientras que internet fue mencionada sólo por el 3,3% de los encuestados.

las  complicaciones  para  acceder  a  la  información  hicieron  que  la mayor parte de los empadronamientos se efectuaran los últimos días del período estipulado y que muchos de los trámites realizados tuvieran errores. En este sentido, una autoridad de la cnE entrevis- tada durante la jornada electoral afirmaba que aproximadamente el 30% de las personas que aguardaban su turno no reunían las con- diciones para votar en argentina, fundamentalmente debido a que no se habían empadronado en este país sino en bolivia. Por su parte, los empadronados correctamente tuvieron dificultades para saber cuáles eran los lugares de votación a los que debían concurrir, ya que los mismos fueron divulgados por la cnE con no más de una sema- na de antelación a las elecciones y no coincidieron, como muchos votantes esperaban, con los lugares de realización del empadrona- miento biométrico. de este modo, muchas personas supieron el lugar donde debían concurrir horas antes del sufragio o, incluso, durante el transcurso del mismo. Pese a estos problemas de tipo informativo, el 71,4% de los electores encuestados declaró estar satisfecho con el procedimiento que tuvo el empadronamiento biométrico en sí mismo.

En lo que respecta a la campaña electoral, el 76,4% de los encuesta- dos identificó a los medios gráficos y radiales comunitarios como los principales proveedores de información, mientras que el 7,5% asig- nó tal rol a sus familiares y amigos en bolivia, y el 4,2% a internet. los  familiares  y  amigos  en  argentina,  y  las  asociaciones  bolivianas existentes en este país, sólo fueron reconocidos como fuentes de información acerca de la campaña electoral por el 2,5% y por el 1,6% de encuestados, respectivamente. Este dato resulta llamativo considerando que las organizaciones bolivianas en argentina fueron promotoras esenciales del voto en el exterior, pese a lo cual las perso- nas encuestadas no las reconocieron como canales significativos para el acceso a la información. más allá de cuáles hayan sido canales, la información relativa a las elecciones tendió a ser escasa: el 65,7% de los encuestados dijo estar “poco informado” y el 7,6% “nada infor- mado”, mientras que el 26,6% restante se dividió por igual entre quienes  afirmaban  estar  “muy”  y  “bastante”  informados  acerca  del tema. Finalmente, en lo que respecta a los partidos políticos bolivia- nos, el 34,2% de los encuestados consideró que en sus programas electorales toman “poco” en cuenta a los bolivianos que viven en el exterior, y el 16,1% sostuvo que no lo hacen en “nada”. no obstan- te, probablemente debido a la posibilidad de votar desde el exterior recientemente conseguida, otro 16,1% afirmó que estos ciudadanos son tenidos “muy” en cuenta en las plataformas electorales, y el 27,6% “algo” en cuenta, mostrando un espectro de opiniones dis- cordante y bastante parejo.
 
Descripción y análisis de la jornada extraordinaria
Para el día de las elecciones, la cnE dispuso nueve lugares de votación en el Área metropolitana de buenos aires: siete distribuidos en distin- tos municipios de la Provincia de buenos aires (dos en villa celina y laferrere, y uno en Ezpeleta, Escobar y lomas de zamora), y dos en la ciudad autónoma de buenos aires. Para realizar la investigación que presentamos en este capítulo seleccionamos estos dos últimos cen- tros, pues congregaron a la mayor parte de los 89.953 empadronados de argentina. Ellos fueron dispuestos en los estadios de los clubes deportivo  Español  y  san  lorenzo  de  almagro,  los  cuales  están  situa- dos  en  una  zona  lindante  con  los  partidos  de  lomas  de  zamora  y  la matanza del Gran buenos aires, de donde pudo provenir el 28,1% de encuestados que manifestaron residir en la Provincia de buenos aires, mientras que otro 68,1% indicó que su domicilio era en la ciudad autónoma de buenos aires.

las  inmediaciones  de  ambos  clubes  acogen  una  población  de  bajos recursos que incluye a migrantes de distintos orígenes, en su mayo- ría bolivianos, peruanos y paraguayos. allí priman las “villas miseria”, los  asentamientos  precarios,  las  “casas  tomadas”,  los  edificios  de monobloques, así como pensiones y cuartos en alquiler cuyos costos y condiciones son los más accesibles para sectores de bajos recursos (cravino, 2001; rodríguez, 2005; Gallinati y Gavazzo, 2010). al mismo tiempo, los espacios verdes ubicados en la zona, como los parques roca e indoamericano, constituyen tradicionales puntos de encuentro de la colectividad  boliviana  en  buenos  aires  (canelo,  2011).  las  fiestas  y/o actividades que los residentes bolivianos efectúan en la zona forman un vínculo entre lo simbólico y lo espacial, que territorializa la identidad de la colectividad, al tiempo que estos espacios actualizan y articulan nue- vas y viejas pertenencias. En este sentido, la ubicación geográfica de los centros de votación dispuestos por la cnE coincidió con un circuito pre- viamente territorializado por la colectividad boliviana en buenos aires.

El carácter inédito de la jornada electoral y las altas expectativas de los votantes pusieron a prueba los límites logísticos de un proceso electoral que contaba con escasos recursos materiales y humanos. Prueba de ello fue la organización de la recepción de los electores en ambos centros de sufragio. desde temprano, mucho antes de la apertura oficial de sus puer- tas, familias enteras aguardaban en fila su turno para votar, formando un impresionante cinturón humano alrededor de ambos estadios de fútbol que, al promediar la mañana, llegó a duplicar el perímetro de los mismos.

de acuerdo con los resultados de la encuesta realizada ese día, quienes aguardaban votar eran mayoritariamente ciudadanos de entre 18 y 39 años (73,2%), seguidos por los comprendidos entre los 40 y los 55 años (21,3%), con una minoría mayor a los 56 años. En lo que respecta al género de los votantes, las negativas a responder la encuesta expresadas principalmente por mujeres (muchas de ellas embarazadas o con niños pequeños), dificultan tomar estos resultados como representativos. Por ello, pese a que el 62,5% de quienes respondieron la encuesta eran varones, nos interesa destacar que observamos una cantidad similar de mujeres y varones queriendo votar. En cuanto al nivel de instrucción, el 43,6% de los encuestados completó sus estudios secundarios, mientras que el 24,5% manifestó contar con estudios secundarios incompletos,
 
el 14,5% con estudios primarios sin terminar y el 8,1% con estudios primarios completos. También observamos que un 9,1% de los consul- tados realizó estudios superiores, universitarios o terciarios18.

Pese al alto grado de escolaridad de los encuestados, su inserción en el mercado laboral local no se vincula directamente con el nivel de edu- cación formal alcanzado. dicha inserción se da principalmente en el sector textil, donde desempeñan tareas relacionadas con la confección de indumentaria. Este nicho laboral abriga casi a la totalidad del de los encuestados (79,0%) que declararon estar trabajando en argentina. En relación con este dato, el 58,1% indicó que su principal motivación para migrar a la argentina fue laboral, seguido de un 10,9% que migró por la “calidad de vida en general” y un 10,0% que lo hizo por “razones familiares/por amor”. En lo que se refiere a la ciudad de origen de los encuestados, la mayoría proviene de la región andina (43,6% de la Paz, 6,3% de oruro y 15,4% Potosí), seguido por un porcentaje significati- vo de personas oriundas de los valles de la zona subandina (19,0% de cochabamba, y 7,2% de chuquisaca) y una minoría poblacional prove- niente de la región de los llanos (2,7% de beni y 5,4% de santa cruz).

Este electorado conformaba una multitud muy predispuesta a participar del histórico proceso electoral, pero disconforme ante lo que algunos consideraban falta de previsión oficial para un evento tan masivo, malestar que se acentuó frente a la demora en la apertura oficial de las mesas de votación. Efectivamente, éstas comenzaron a funcionar cerca de las nueve de la mañana, es decir, una hora después de la convenida. de acuerdo con los representantes de la cnE, el atraso fue ocasionado por la ausencia de alguno de los tres jurados requeridos en cada mesa de votación que, cumpliendo con lo establecido en el código nacional Electoral, solo podían ser reemplazados transcurrida una hora de espe- ra. como parte de la falta de previsión señalada, algunos votantes destacaron la inexistencia de un mecanismo para brindar una atención veloz y prioritaria a los más vulnerables, como embarazadas y ancianos.

En la puerta de ambos clubes se observaron situaciones de tensión entre los votantes que se agolpaban para entrar a los recintos, al mismo tiempo que los agentes de la cnE y el personal de seguridad de los clu- bes exigía el respeto de la fila. En las primeras horas de la mañana, los reducidos efectivos que la Policia Federal argentina había destinado al evento se limitaron a observar la situación, involucrándose en el ordena- miento de los electores solo tras los mayores picos de nerviosismo y con las instrucciones brindadas posteriormente por personal de mayor jerar- quía. algunos comentarios por parte de los votantes incluían demandas de  “civilizar  al  compatriota”,  ya  que  las  corridas  y  “colados”  que  se sucedieron a lo largo de la jornada dificultaron un proceso electoral flui- do, aunque muchos afirmaban que “esto también pasa en bolivia”.

mientras que las cuestiones organizativas e informativas a cargo de la cnE eran objeto de críticas por parte de muchos votantes, estos volvían a destacar el rol que asumieron los medios de comunicación de la colec- tividad, quienes actuaron como facilitadores de novedades generales y de logística durante el transcurso de la jornada electoral. de hecho un stand del periódico renacer ubicado dentro del club san lorenzo, ter- minó funcionando como lugar de “información” sobre mesas, recintos y procedimientos generales. además de esta vía, durante la jornada la
 
información también fue propagada mediante el “boca en boca”, sien- do los propios votantes los protagonistas del proceso.

superada la espera fuera de los clubes, dentro de los recintos los elec- tores eran informados por los agentes de la cnE respecto de las mesas a  las  que  debían  concurrir  y  de  la  documentación  a  presentar.  les auxiliaban en las tareas de fiscalización veedores del partido oficialista (mas-iPsP) y de otros partidos, así como personas acreditadas como “observador Electoral nacional”. Para efectuar el procedimiento, la cnE contaba con la insuficiente suma de quince computadoras y noventa mesas de votación en el club deportivo Español. En san lorenzo la suma ascendía a veinte computadoras y ciento cincuenta y cinco mesas.

En ambos centros se respetaron las normas electorales sobre el voto secreto. sin embargo, los espacios que ofrecían para la votación eran reducidos y las mesas para sufragar estaban muy próximas, elementos que, a nuestro modo de ver, brindaban poca privacidad. no observa- mos propagandas electorales en los recintos ni en sus inmediaciones, así como tampoco discusiones político partidarias en las filas durante la espera, ni visitas de políticos o funcionarios argentinos. los únicos car- teles ubicados cerca de las mesas de escrutinio correspondían a la cnE y su lema impulsaba la participación ciudadana en el proceso electoral: “Tu voto cuenta”.

una  vez  depositado  el  voto,  en  la  sede  de  san  lorenzo,  los  electores eran conducidos a la salida por agentes de la Policía Federal argentina, mientras que en deportivo Español solían permanecer en las instala- ciones para almorzar o merendar, habitualmente aguardando a algún familiar o amigo. debe destacarse que el comportamiento del personal policial y de los clubes osciló entre la cordialidad y el tratamiento des- pectivo hacia los ciudadanos bolivianos. los funcionarios de la cnE, al contrario, actuaron respetuosamente durante toda la jornada, tratando de ordenar y orientar con claridad a quienes acudían a ellos en busca de información.

Transcurrido el mediodía, las filas existentes en ambos clubes se fueron reduciendo, al tiempo que el clima imperante pasaba de la tensión de las primeras horas a una mezcla de calma, resignación y cansancio. si bien se aproximaba el cierre de las urnas, establecido oficialmente para las 17 horas, una hora después muchas personas seguían esperando su turno para votar, pues la indicación de la cnE fue que todos quienes estaban en la fila votarían. no obstante, periódicos argentinos divulgaron que parte del electorado no pudo hacerlo.

a diferencia de otros eventos masivos organizados por la colectividad boliviana en buenos aires, no se produjeron manifestaciones artísticas de música y danza. los ciudadanos que dejaban los locales de votación simplemente se reunían en pequeños grupos, generalmente familiares, donde abundaban las sonrisas y las expresiones de satisfacción por haber logrado votar, objetivo que algunos alcanzaron por primera vez en su vida. a pesar del entusiasmo, el descontento entre electores, observa- dores y organizaciones de la colectividad fue el disparador de una fuerte polémica. los rumores acerca de una supuesta intencionalidad política de boicot por parte de los grupos opositores al gobierno de Evo morales, dentro de los cuales era incluida la cnE, se difundieron rápidamente en y entre los centros de votación. En el club Español, líderes del comité describieron  la  situación  como  una  “desorganización  organizada”. Entre el público también circulaban versiones semejantes acerca de las razones de la demora y del evidente desborde del personal encargado de la organización. sin embargo, pese al grado de desorganización y a que las dificultades que los electores debieron sortear para votar no les resultaron indiferentes, éstas no opacaron su satisfacción por participar de un evento que valoraron como “trascendental”.

Tras el cierre de las mesas, el único hecho colectivo del que tomamos conocimiento fue una concentración efectuada en el obelisco, lugar emblemático de la caba, donde unos 150 miembros de la colectividad boliviana se reunieron para festejar la victoria oficialista una vez conocidos los resultados generales. Entre los presentes pudimos observar banderas bolivianas, wiphalas y fotos del presidente reelecto.

Notas sobre los resultados relativos a la participación política
uno de los objetivos principales de la encuesta consistía en indagar la opinión y el grado de interés de los electores respecto a sus motiva- ciones para participar en las elecciones en particular, y en la política en general. la mayor parte de las preguntas referentes a la realización de actividades políticas -como “ponerse en contacto con un político”, “colaborar con un partido político”, “participar en una huelga” y “donar dinero a un grupo u organización política”- fueron respondidas negativamente por entre el 80 y el 90% de los encuestados. sólo dos de las modalidades de actividad política consultadas fueron relativa- mente frecuentes: las manifestaciones y marchas, en las que el 30,9% afirmó haber participado, y los contactos con medios de comunicación, con los que el 32,7% de encuestados afirmó haberse contactado en los últimos doce meses. En este último caso, nos cabe la duda si lo hicieron por motivos estrictamente políticos, ya que por investigaciones previas sabemos que muchos migrantes bolivianos se contactan con los medios (especialmente radiales) por motivos sociales y laborales.

aunque obtuvimos un bajo porcentaje de respuestas positivas para todas estas cuestiones, no podríamos afirmar que eso signifique un desinterés de los bolivianos residentes en argentina por la política local, pues actividades propias de la cultura política argentina -como los cortes de calles y de rutas, las actividades sindicales, y la militancia en comedo- res comunitarios y juntas vecinales- no fueron incorporadas al estudio. además, en el momento de la aplicación de la encuesta, reparamos en que algunas de las actividades consultadas -como “colaborar con una plataforma de acción ciudadana”, “boicotear o dejar de utilizar ciertos productos” y “comprar ciertos productos deliberadamente por motivos políticos, éticos o medioambientales”-, no se adecuaban al universo de participación local.

En lo que respecta al interés en los diferentes niveles político-administrativos del Estado argentino, el  60,9% indicó interesarse “poco y nada” por el municipal, contra el 38,1% que se manifestó “muy y bastante interesado”. respecto al ámbito nacional, el interés se muestra más equilibrado entre los que se reconocieron “poco y nada interesa-
 
dos” (51,8%), y los que se consideraron “muy y bastante” interesados (47,2%). Estos datos pueden ser mejor comprendidos si consideramos que el 89,0% de los encuestados nunca votó en las elecciones locales, provinciales o nacionales. si bien los interesados en la política nacional son cerca de un 9% más de los que lo hacen por la municipal, en el momento de realizar la encuesta notamos cierta confusión en la identificación de los diferentes niveles del Estado. vale destacar que en bolivia las circunscripciones político-administrativas no responden a la misma lógica ni utilizan los mismos términos que en argentina. En cambio, sí observamos un fuerte reconocimiento de ciertos dirigentes y personalidades de la política argentina, más allá del cargo o posición que ocupen.

ante la pregunta acerca de a quién hubieran votado en las elecciones presidenciales argentinas del 2007 obtuvimos un resultado equilibrado entre el 44,0% que indicó su preferencia por cristina Fernández de kirchner, y el 43,1% que contestó “no saber” a quién habría elegido. relacionando la preferencia por Fernández de kirchner con el 92% de votos obtenido por Evo morales en buenos aires, nos preguntamos si estamos frente a una adhesión política apoyada en la figura de líderes (propia de regímenes “personalistas”), o solo en tanto ellas representan ciertos proyectos políticos (como el “integracionista”). si bien la respues- ta a esta cuestión queda abierta, es interesante observar que cuando preguntamos  al  elector  si  “se  considera  más  interesado  en  la  política argentina o boliviana”, la mayoría (el 43,1%) afirmó estar igualmente interesado, seguido por quienes se consideraron más informados en la política boliviana (el 40,3%).
 
En relación con esto, resulta llamativo que solamente el 34,8% de los electores se reconoció “de izquierda”, frente a un 21,1% que se auto- definió “de centro”, y a un 15,6% “de derecha”. la pregunta requería optar por una de estas opciones, sin considerar su significado o falta de significado para la población local. ante ella, muchos entrevistados respondían “soy de Evo” o “no se qué significa eso”. si tenemos en cuenta que mundialmente los medios de comunicación y los analistas políticos definen a Evo morales como “de izquierda”, es curioso que sus votantes afirmaran ser “de derecha”. Esta discordancia merecería una discusión respecto de la pertinencia y sentidos de estas categorías, tanto en el campo político boliviano como en el argentino.

con respecto a la participación en actividades organizadas por bolivianos en argentina, destacaron las respuestas negativas. las que menos adhesión tuvieron fueron las vinculadas a las “iniciativas relacionadas con la política de bolivia (por ejemplo mitin electoral o encuentro con político boliviano)” y las “actividades religiosas (como una procesión)”, con un 77,2% y 73,6% de respuestas negativas, respectivamente. En cuanto a las “actividades recreativas” y las que se proponen “hacer algo para ayudar a bolivia”, los resultados son menos discordantes, con un 56,3% y 55,4% de respuestas negativas en cada caso.

Para finalizar nos interesa contrastar algunos resultados de la encuesta relativos a la participación política con nuestras investigaciones personales. En ellas observamos un alto grado de vida asociativa, que proyecta la imagen de una colectividad fuertemente organizada y comprometida con su bienestar (Gavazzo, 2006), aún cuando muchas de las organizaciones sean efímeras y/o estén constituidas por menos de diez personas (es decir, únicamente una comisión directiva). El entramado asociativo de la colectividad boliviana en argentina constituye un espacio dinámico, en la medida en que muchos militantes participan en varias organizaciones a la vez o pasan de una a otra, según lo crean conveniente. incluso algunos líderes bolivianos entrevistados a lo largo de estos años suelen quejarse de la “falta de participación” de sus compatriotas, adjudicando esto a la falta de tiempo para actividades no laborales y entendiendo que es la causa de que muchos de los reclamos más antiguos continúen irresueltos (Gavazzo, 2006).

otro de los contrastes que surgen entre los resultados de la encuesta y nuestras investigaciones cualitativas se vincula con el alto grado de participación política que tuvieron estos “residentes” durante la crisis socioeconómica de los años 2001-2003, en el marco de organizaciones de desocupados con consignas en torno al trabajo, al alimento y a la salud (Groisman, 2005), como mencionamos líneas atrás. durante los años posteriores a la agudización de la crisis, 2004-2009, las demandas fueron ampliándose y diversificándose. un ejemplo de esta movilización política lo ofrece una coordinadora de seis organizaciones piqueteras instaladas en una villa de emergencia del sur de la ciudad autónoma de buenos aires, que incorporó demandas de urbanización y vivienda. En la medida que el Estado no daba res- puestas y que la coordinadora se iba fortaleciendo, sus integrantes avanzaron en la ocupación de tierras y en la autogestión para la construcción de viviendas (Groisman, 2009). asimismo, muchos bolivianos conformaron “grupos vecinales” para interpelar al Estado por derechos específicos de sus barrios, y desde categorías que no marcan su extranjeridad (Gallinati, 2009). También han protagonizado dispu- tas para legitimar las prácticas que realizan en los espacios públicos de la ciudad autónoma de buenos aires, manifestando su derecho   a expresarse y a adquirir visibilidad en la vida pública metropolitana, en  ocasiones  no  como  “extranjeros”  ni  “inmigrantes”  sino  en  tanto “andinos” o “trabajadores” (canelo, 2011).

como vemos, existe una gran variedad de demandas sociales y políticas reivindicadas por los residentes bolivianos en argentina que no necesariamente estructuran en torno a su “bolivianidad”.

A modo de cierre
la  obtención  del  derecho  al  voto  por  los  bolivianos  que  residen  en argentina es resultado de años de militancia de algunos líderes y organizaciones que demandaron activamente la inclusión de todos los ciudadanos residentes en el exterior. lo conseguido fue sólo una parte de lo demandado, pero sirvió para reposicionar a los bolivianos residen- tes en el extranjero en la conciencia política de los que permanecen en bolivia, para incluirlos dentro de la imaginación de la nación y de sus ideas de comunidad asociadas. además significó la iniciación de personas de distintas edades en el ritual político eleccionario, y del Estado boliviano como organizador de una experiencia integradora de sus ciudadanos. Esto último da cuenta del cambio político y cultural que busca el movimiento al socialismo (mas) -con Evo morales a la cabeza- para un país que durante mucho tiempo ha olvidado y marginado de sus derechos a grandes mayorías.
 
la jornada electoral analizada condensa una serie de situaciones de gran interés, cuyo análisis requirió el cruce de técnicas cualitativas y cuantitativas, así como trabajo de campo en equipo. Esto además aportó nuevos datos y enfoques que permiten mejorar la calidad de los trabajos de investigación a nivel individual, generando nuevas y mejores preguntas. la coordinación entre investigadores de distintos países para trabajar con los mismos parámetros en una jornada irrepetible, y el compromiso de compartir los materiales resultantes, permiten aventurar que la producción colectiva de conocimiento en este tipo de problemáticas es, no sólo una posibilidad que enriquece el análisis, sino casi una condición para el mismo. En este sentido, el transnacionalismo político parece requerir aunar esfuerzos en pos de un transnacionalismo académico, que posibilite establecer comparaciones tendientes a comprender las diversas formas de participación política de los migrantes internacionales.

Por último, el 6 de diciembre de 2009 marca un momento específico en un proceso histórico más amplio, que es la emergencia de los migran- tes como actor político para el Estado boliviano, y asimismo para las sociedades boliviana y argentina. la consolidación de esta aparición en la escena política está sujeta a las futuras prácticas de los actores involucrados y a las políticas públicas que se implementen.

como hemos mostrado a lo largo de este trabajo, la jornada electoral presenta apenas una de las ventanas posibles para observar el transnacionalismo político, indagando precedentes, condicionantes, motivaciones, perfiles y modalidades de participación de los bolivianos en el exterior, puntualmente en la ciudad autónoma de buenos aires. Existen otras formas de participación que exceden el voto, y que pueden permitir comprender la dirección y el alcance de este proceso de la política transnacional.

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